Club de Campo Villa de Madrid, piscina olímpica

El Club de Campo Villa de Madrid es el lugar donde ultimamente paso gran parte de mi vida, el entorno y contacto con la naturaleza, el golf, deporte que practico y mis amigos, son, entre otras, algunas de las razones de mi felicidad. Ojalá pueda disfrutarlo durante muchos años.

Como Socio que soy del CCVM solo puedo hablar maravillas de sus instalaciones y amabilidad de los empleados. Única nota negativa para los que vamos a nadar todo el año es el horario de la piscina olímpica de invierno ahora casi al descubierto y que apertura desde las 11.00 de la mañana como el resto de piscinas de verano. En invierno creo recordar de lunes a viernes está abierta desde las 8 o 9 de la mañana...mientras que ahora hay que esperar a las 11.00 que abren todas. ¿No se podría abrir esta en particular antes y así poder aprovechar la mañana después del ejercicio? Sin acceso a praderas, puro nadar y el que quiera continuar después en las de verano que se quede.

Buen club, aunque como todo lo bueno hay que pagarlo. Y en este caso más todavía, ya que no sólo hay que pagar las cuotas semestrales, sino que también hay que pagar puntualmente por cada actividad que quieras realizar de deporte o de ocio como la piscina. Pero las instalaciones están muy bien, muy completas y mucha variedad. Por ponerle un pero, los servicios de restauración son bastante pobres, y así o han sido los últimos 20 años. Eso sí, caros.

Hace 50 años que soy socia de este club. Mis hijos y mis nietos han nacido y crecido aquí. Las instalaciones son magníficas; el entorno es precioso. En este momento no tengo pegas que ponerle, con respecto a la valoración precedente.

Me alegro de haberme dado de baja . De antiguos socios quedan ya muy pocos . Los que juegan al golf naturalmente y los que van a montar . Se puede entrar por 7 € y 15 los domingos lo cual es una buena opción . Es un desastre de club , no se parece en nada a lo que era antes . Y cuidado con reprender a un empleado , pues me han contado que lo mismo te hacen un parte y el perjudicado eres tú . Te echan del club 3 meses

El Club de Campo está muy bien, los campos de golf están un poco descuidados. Lo que es deplorable es la cafetería del golf, cara y una carta ridícula, no es posible comer un bocadillo normal, sólo pulgas, sándwiches sin gracia a precios de lujo. Una verdadera pena comparado con cualquier club social de un campo de golf en Madrid. Una vergüenza.

Uno de los mejores clubs del mundo en relación distancia del centro e instalaciones que desde la transición ha sido el coladero de los políticos, blancos, rojos y azules para, aprovecharse y “COLAR” a amistades, conocidos y desconocidos de los mandatarios , convirtiéndole en vulgar y mediocre como es España hoy en día. Pésima cocina desde que “cambió de manos” con concesiones “a dedo” que han dejado pérdidas astronómicas. Personal inadecuado a la categoría del club. Todo ello en desventaja de los socios ( ME NIEGO A DECIR ABONADO, es más de lo mismo, VULGAR), de siempre que aguantamos estoicamente cada cuatro años el destino del club puesto en manos de lo que decidan las urnas. Todas las reformas de los chalés han sido eso, mediocres y sin gusto, quitando la elegancia que en sus orígenes tenía y del que sólo quedan reliquias de cuando se fundó con el gran decorador Javier Muñoz de Casa y Jardín. Masificado y convertido en un Babel donde impera el Individualismo y la malísima educación de LOS NUEVOS ABONADOS que han entrado fácilmente y que dan como resultado una difícil convivencia dentro del club. Una pena, pero ahí sigo con la esperanza de que algún día piensen en los socios y no en sus intereses y vuelva a estar en manos honestas de ilusión y esfuerzo en cuidar y mantener el club, devolviéndole el prestigio y categoría que tenía . Lo del Open de Golf en septiembre, es otro despropósito. Alquilado y reservado para jugadores y patrocinadores durante su celebración en el que a los socios se nos tiene prohibida la entrada y uso es decir, SECTARISMO. Y por el módico precio de una burrada de dinero que se embolsa el ayuntamiento. Lo de las piscinas en verano por el Covid, otra vergüenza que no tengo ya espacio para explicar. Lo resumo en pocas palabras: piscinas municipales de baja categoría en las que queda el vestigio de Carmena y nos anuncian en altavoz ( sigo con el campo de concentración), que “debemos abandonar la pileta y pradera” , como si no supiéramos a qué hora debemos marcharnos y entrar en las duchas. Esto último lo digo a colación de lo anterior. Y sin descontarnos el dinero de las cuotas con su vulgar comportamiento en el mes de septiembre, estando hacinados por vallas y vigilados( otra vez Austwitz), reflejando la falta libertad que hay ahora en nuestro país en la piscina olímpica de la zona infantil. Sin mencionar los honorarios tan generosos del director, el número desproporcionado de funcionarios en las oficinas y la falta de opinión del comité de socios en que sus sugerencias quedan en saco roto porque los políticos mandan en un sistema democrático que según dicen, los medios de comunicación nos venden cada día en todos los niveles. Una pena, una grandísima pena que es resultado de cuarenta años gestionado por intereses de todo tipo. Pero ahí sigo!

El complejo de piscinas del Club de Campo es un trozo de paraíso, donde reina la convivencia no siempre fácil con chiquillería por debajo de los 10 años. La limitación de espacio es casi un acicate pues la frondosidad y variedad de los árboles garantizan sosiego. Otro lujo más de este Club.